(Artículo del Diario de León. Autora: Ana Gaitero. Imagen: Fernando Otero)
Dice el refranero que por San Antón, una hora más de sol, que la gallina buena pon y que no hay niebla que dure hasta las dos porque «San Antón, frío y tristón lleva las nieblas a un rincón». El santo principal de enero se celebra un año más, segundo en pandemia de covid-19, que a otras muchas ya sobrevivió, cargado de refranes, bendiciones y días crecederos y más claros. Coplas y refranes a San Antón se cantarán hoy a montón, al calor de la hoguera.
La bendición de los animales por San Antón se recupera este año mañana domingo, víspera de la fiesta. Pero será en cuarentena, a puerta cerrada, por los rigores de la pandemia. Manu Ferrero y Javier Fernández Zardón, Motorines, que reemplaza la ausencia de José María Merino, son los encargados de cantar las alabanzas y chanzas de esto santo que nadie diría que es el fundador del eremitismo con lo fiestero que ha devenido. San Antón marca un punto de inflexión en la remontada del sol después de la oscura travesía del solsticio de invierno y una fiesta popular muy señalada que alarga las fiestas saturnales bajo el cobijo del santoral.
San Antonio Abad (251-356), su nombre completo, es un santo muy vivo 1.666 años después de su muerte, a los 105 años de edad, un 17 de enero. Menos recordado como patrón de los amputados y mucho como protector de los animales, antaño se le encomendaba al gochín y toda clase de animales de alimento y labor y ahora bendice al perrín, al gatín y todas las mascotas que pronto acudirán con DNI. El ritual se recupera el domingo al finalizar la misa de doce en San Marcelo.
Dice la tradición que hasta San Antón, pascuas son y que por San Antón se acaba el turrón, pero en León. en algunas casas, por este día las primeras orejas, y no de gocho, pues «por San Antón, huevos a montón». Y es que a partir de este día «ponen las gallinas hasta en el suelo» y por eso también se le apoda el santo huevero. No hay santo en el santoral que pueda competir en ripios con San Antón porque «de los santicos de enero, san Ildefonso el primero; detente, detente, que primero es san Vicente; detente, bruto, que primero es san Canuto; detente, varón, que primero que es san Antón»